¿Qué es la ergonomía en el trabajo?

La ergonomía es, según la RAE, el «estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia».

En una línea similar se manifiesta la Asociación Internacional de Ergonomía, que la define como «el conjunto de conocimientos científicos destinados a mejorar el trabajo, y sus sistemas, productos y ambientes para que se adapten a las capacidades y limitaciones físicas y mentales de la persona».

La ergonomía en el trabajo es, teniendo en cuenta ambas definiciones, un concepto interdisciplinar y muy amplio, íntimamente relacionado con la salud y con el bienestar laboral, y que puede abordarse desde diferentes perspectivas.

Áreas de estudio de la ergonomía en el trabajo

Las principales áreas de estudio de la ergonomía en el trabajo son tres:

⦁ Ergonomía geométrica

Es la parte de la ergonomía en el trabajo que estudia la relación entre el hombre y las condiciones métricas de su puesto (cargas posturales y físicas). Su objetivo es diseñar o rediseñar espacios y/o elementos a medida como asientos, mesas, medios físicos instrumentales (mandos, manivelas, herramientas) o relaciones con dispositivos de seguridad (defensas, resguardos, etc.).

⦁ Ergonomía ambiental

Es la parte de la ergonomía en el trabajo que estudia las relaciones del hombre con todos los factores ambientales que pueden influir en su bienestar y rendimiento, incluyendo aquellos estrictamente físicos (clima, humedad, presión ambiental, luminosidad, ruidos, vibraciones, etc.), químicos (en el caso de fábricas o de almacenes conviene estudiar la composición de aire y la presencia de partículas nocivas) o psicodinámicos (vinculados a las relaciones con otros, es decir, participación en decisiones, relaciones entre compañeros y con los superiores, etc.).

⦁ Ergonomía temporal

Es la parte de la ergonomía del trabajo que estudia la relación entre fatiga y desempeño de la actividad profesional. Desde esta perspectiva, la ergonomía analiza la distribución de la jornada (descansos, pausas, turnos, etc.), los tipos especiales de horarios (flexible, continuo, nocturno, teletrabajo, etc.) o las vacaciones.

De igual forma, en una segunda clasificación, podríamos distinguir entre ergonomía de sistemas (dedicada al desarrollo del trabajo y clave para la productividad), ergonomía de corrección (para acabar con malos hábitos posturales, mejorar la seguridad, etc.) o ergonomía centrada en la aplicación e implantación de nuevas plataformas de software y hardware.

¿Por qué es importante la ergonomía en el trabajo?

La ergonomía aporta mucho a las empresas y es clave para promover la salud, la seguridad y el bienestar, reducir los accidentes laborales y mejorar la productividad de las organizaciones.

De forma genérica, el objetivo principal de esta disciplina es adaptar los diferentes puestos de trabajo a las necesidades de los empleados y facilitar el análisis de sus condiciones laborales, así como detectar las posibles lesiones que posturas, movimientos y/o fuerzas puedan ocasionar.

Pero no solo eso: la ergonomía en el trabajo considera otros aspectos tales como la alimentación, la provisión de elementos de seguridad, la capacitación, la formación o el establecimiento de exigencias de rendimiento que no sobrepasen límites recomendables.

En este sentido, la ergonomía no solo permite identificar, analizar y reducir riesgos laborales, sino también introducir nuevas tecnologías o aumentar la motivación de los empleados.

Consecuencias para la salud (y para la empresa) de una mala ergonomía en el puesto de trabajo

Las principales consecuencias de una mala ergonomía en el trabajo son físicas y se manifiestan como contracturas, dolor de espalda, problemas en articulaciones (cadera, rodillas, muñecas, etc.), problemas reumáticos o estrés, y todas ellas pueden tener un impacto negativo en la calidad de vida de los trabajadores.

Otras consecuencias directas o indirectas de una mala ergonomía en el ámbito laboral son:

⦁ Problemas de adaptación laboral.
⦁ Disminución del rendimiento.
⦁ Descenso del nivel de seguridad.
⦁ Desajuste de horarios y dificultades para conciliar trabajo y vida personal.

Algunos consejos básicos para mejorar la ergonomía en el trabajo son:

Ajustar el mobiliario (mesas, sillas, etc.) para que los trabajadores puedan desempeñar su función de manera más cómoda.
Evitar mantener una misma posición, ya que las posiciones prolongadas durante mucho tiempo pueden degenerar en diversos trastornos musculo esqueléticos.
Vestir ropa holgada y calzado cómodo (siempre siguiendo las normas de seguridad de cada puesto de trabajo).
Descansar correctamente.
Mantener unos hábitos nutricionales saludables (comer sano, hidratarse correctamente, etc.).
Levantar peso con moderación.
Seguir ciertas pautas de higiene postural.

Invertir en ergonomía en el trabajo es beneficioso para todos: los trabajadores evitan riesgos innecesarios para su salud y cuentan con un mejor ambiente laboral, mientras que los empresarios aumentan la producción, reducen el absentismo y mejoran la calidad de sus servicios.

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